¡Amarante, es una ciudad romántica donde el tiempo transcurre más lentamente! La arquitectura y el Rio Tâmega contribuyen en gran medida a la singularidad de este destino.
Llegue hasta el centro histórico y realice una pausa en una de las terrazas junto al Rio Tâmega. Se recomienda un cafecito acompañado de uno de los irresistibles dulces conventuales. No deje de visitar el Museo Amadeo de Sousa Cardoso, aquí va a encontrar obras conocidas de este artista, considerado el pintor más representativo del modernismo portugués de inicio del siglo XX, con influencias del Cubismo, Futurismo y Expresionismo.
Visite, también, la Iglesia o Monasterio de São Gonçalo. El Santo Patrón de Amarante es San Gonçalo, dicen las personas que ahí viven que es un Santo casamentero “especialista” en enlaces tardíos de mujeres “solteronas”. Alrededor de esta creencia religiosa, se han creado unas tortas con un diseño muy curioso… que no vamos a develar. ¡Están a la venta en la Calle 31 de Enero, capaces de producir grandes carcajadas!
